LOS INVISIBLES de JOSÉ MARÍA MERINO
Opinión de Joseph B Macgregor
Cuando uno termina de leer una novela tan excepcional como Los Invisibles de José María Merino no le queda menos que descubrirse, que quitarse el sombrero ante un narrador de este calibre del que, hasta este momento, lo ignoraba todo. Gracias al interesante y esclarecedor estudio de su obra, que introduce la novela, firmado por el responsable de la edición del libro Santos Alonso, descubro a un autor con una extensa y vasta obra narrativa, centrada básicamente en la novela y en el relato corto, muy apreciado por la élite literaria de nuestro país - ha recibido, entre otros, el Premio Nacional de la Crítica, el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil, el Premio Castilla y León de las Letras y es académico de la Real Academia Española desde el año 2008 - con un mundo personal alucinante y sumamente motivador para éste que les escribe, y que se evidencia plenamente en Los Invisibles, ya que en esta novela aparecen todas las constantes del autor de manera clara y evidente:
"Merino ha indagado siempre en los límites entre [la realidad y la ficción], en su independencia o autonomía y su interferencia, llegando incluso a la suplantación de la vida por la literatura. En esta novela se pretende un paso más allá: no se trata de suplantar la vida por la ficción, sino de convertir la realidad de la vida en una ficción imaginaria." Santos Alonso
Lo primero que sorprende es su curiosa estructuración narrativa. La novela se compone de tres bloques de diferente extensión: el primero de ella, nos cuenta en tercera persona, pero siempre sin perder el punto de vista de Adrián, el protagonista de la historia, sus peripecias como ser invisible; en el segundo, el propio José María Merino se convierte en el personaje principal de la narración de los hechos que le llevaron a escribir dicha historia; por último, en la tercera de ellas, debe aparecer un mensaje secreto destinado a avisar a Los Invisibles de un peligro que puede amenazar su existencia.
Así,en el primer bloque - el más extenso de los tres - nos enfrentamos con una novela de corte fantástico, cuyos elementos mágicos o asombrosos aparecen integrados en un entorno cotidiano. Se narra aquí la odisea novelada de Adrián; en primer lugar, como se convierte en invisible y la crónica de su supervivencia primero en soledad, luego en compañía de Rosa, una mujer que posee también el don de la invisibilidad permanente, y con la que descubrirá la existencia de una comunidad oculta de seres invisibles que viven en armonía y muy felices... salvo por la presunta amenaza de un Cazador. Merino nos ofrece una narración muy interesante y motivadora en todo momento, en la que suceden muchas cosas y que siendo sumamente entretenida invita constantemente a la reflexión. Con que Los Invisibles se limitara a contarnos esto, ya sería suficiente pero aún hay más.
"La realidad es el caos, y la ficción es lo contrario del caos" se afirma en un momento en la novela, sobre este aforismo gira toda ella, convirtiéndose en su principal leitmotiv, sobre todo cuando comienza la segunda parte. Merino recibe la visita de Adrián que desea contarle su asombrosa odisea para que éste la convierta en novela e introduzca un mensaje secreto en ella y así avisar a la comunidad de Invisibles de la existencia real del Cazador. El proceso de elaboración de la novela, basado en las conversaciones que ambos mantienen, se convierte ahora en lo esencial de la trama; sin embargo, aunque al principio Merino ve al joven como un alucinado de cuya historia puede sacar inspiración para su próximo libro, poco a poco, cree descubrir pequeños indicios que podrían hacer pensar de la presencia de invisibles en su entorno más próximo, por lo que la presunta ficción experimentada por Adríán no parece ser producto de los delirios de un loco sino que podría ser real ... ¿O quizá el autor está viviendo también su propia ficción?
Sueño o realidad, las fronteras entre ficción y mundo real se van haciendo cada vez más ambiguas y difusas, ofreciendo finalmente dos ficciones (o dos realidades) al precio de una, que viene a complementar la última parte de la novela, en la cuál presuntamente Merino ha de incluir su mensaje secreto. El autor plantea así además algunas cuestiones muy interesantes sobre la creación literaria, muy parecidos a los que con frecuencia Vila-Matas plantea en sus libros, sobre como novelar la realidad que a fuerza de ser caótica e imprevisible con frecuencia resulta difícil de encajar en un entorno tan rígido y poco dado a cambios como el literario. En ese sentido, resultan impagables las discusiones entre Adrián y Merino ya que el primero no está de acuerdo con las licencias literarias que el autor se ha tomado para contar su historia.
Pero insisto, todo este armazón, perfectamente ideado, sólido y sin fisuras, carecería de interés o de profundidad sino fuera porque además todos estos elementos aparecen integrados en una historia que se va haciendo cada vez más inquietante y emotiva.
JOSEPH B MACGREGOR
Esa relación que has hecho entre el libro reseñado y la obra de Vila-Matas me lleva definitivamente a anotar "Los invisibles" en "lecturas pendientes" porque Vila-Matas es uno de mis escritores favoritos:-)De Merino sólo he leído "El oro de los sueños" del que guardo un buen recuerdo.
ResponderEliminarUn saludo,
Patricia