EL SUEÑO DEL OTRO de Juan Jacinto Muñoz Rengel
Tenía
bastantes ganas de leer la última novela de Juan
Jacinto Muñoz Rengel
(Málaga, 1974), ya que El
asesino hipocondríaco
(Plaza y Janés, 2012) me pareció una de las mejores novelas que leí
el año pasado. El libro además tuvo una excelente acogida de
público y crítica y fue traducido a tres idiomas: francés, turco e
italiano.
Sin
embargo, el éxito de Muñoz
Rengel no es
fruto de un día ni de la casualidad, sino del esfuerzo y la
constancia a lo largo de muchos años, básicamente como autor de
libros de relatos breves o cuentos, por los que ha recibido más de
cincuenta premios literarios nacionales e internacionales. Algunos de
los más importantes son: De
mecánica y alquimia
(Salto de
Página, 2009, Premio
Ignotus
al mejor libro de
cuentos
del año y finalista del Premio
Setenil),
88 Mill
Lane
(Alhulia,
2006), o Pink,
publicado en
el sello
digital RHM Flash (2012). Además ha coordinado y prologado
las
antologías de narrativa breve Ficción
Sur
(Traspiés,
2008), Perturbaciones
(Salto de
Página, 2009) y La
realidad quebradiza
(Páginas de
Espuma, 2012). También algunos de sus narraciones aparecen en las
dos antologías, consideradas como referentes de su generación,
Pequeñas
Resistencias
(Páginas de
Espuma, 2010) y Siglo
XXI
(Menoscuarto,
2010). De igual modo ha colaborado en publicaciones como Anthropos,
Ínsula, Clarín
o el diario
El País
y actualmente en Radio
Nacional de España.
A su amplio currículo hay que añadir el de profesor en la escuela
de escritura Fuentetaja de Madrid, un doctorado en Filosofía y
labores como docentes tanto en España como en el Reino Unido.
El
Asesino Hipocondríaco
me pareció una novela fresca y original, en la que Rengel
fusionaba
con acierto varios géneros literarios: el humor, la novela
policiaca, el relato fantástico, el ensayo filosófico, la parodia,
los sueños, la metaliteratura,
el costumbrismo o la crítica social e incluso el libro de biografías
curiosas o extraordinarias. Múltiples maneras de reflexionar sobre
lo cotidiano y lo absurdo y surrealista del mundo que nos ha tocado
vivir. En ese sentido, aunque este análisis de nuestra realidad
existe también en El
sueño del otro,
se me antoja como una obra menos ambiciosa, más sencilla y narrada
en otro tono.
El
argumento es fácil de resumir: todas las noches el director de
informativos televisivo André Bodoc, un sujeto sin escrúpulos ni
moral que no duda en inventarse y falsear una noticia terrible para
conseguir audiencia, sueña ser Xavier Arteaga, un insignificante y
mediocre profesor de instituto en crisis existencial; y viceversa:
Xavier Arteaga se obsesiona con la posibilidad de estar soñando la
vida de otra persona, que no es otra que la de André Bodoc. Sin
embargo, será el profesor quién intentará encontrar a su alter-ego
onírico para así terminar de una vez con esa pesadilla que está
destrozando su ánimo y su vida, y de paso desentrañar el misterio
que conecta ambas existencias. Por otro lado, Bodoc está convencido
que el personaje real es él y que Arteaga es pura ficción, y se
siente angustiado por los intentos de éste por encontrarle.
En
principio, no cabe duda de que el planteamiento resulta sin duda
bastante motivador, aunque resulta inevitable evocar uno de lo más
celebrados cuentos de Cortázar, “La
noche boca arriba”
(incluido en el libro “Final
del Juego”)
en la que un motorista que sufre un accidente sueña con un muchacho
azteca que va a ser sacrificado a los dioses; pero el autor juega con
la ambigüedad y nunca llegamos a saber sí sucede lo contrario es
decir, sí es el sacrificado quien sueña con el motorista
accidentado.
Sin
embargo, “El
sueño del otro”
carece, desde mi punto de vista, del arranque motivador que poseía
“El asesino
hipocondriaco”.
De hecho, me costó centrarme en la historia, descubrir hacía donde
confluían las dos peripecias protagonizadas por el profesor y el
periodista. De hecho, descubrimos la conexión entre los dos porque
son ellos los que afirman que sueñan el uno con el otro y viceversa
pero en los primeros capítulos en ningún momento somos testigos de
que tal hecho suceda. En ese sentido, al principio cuesta engancharse
con la trama y simpatizar con los personajes, que no resultan, desde
mi punto de vista, tan atractivos como el asesino torpe, extravagante
y neurasténico de su anterior novela, que estaba conseguidísimo.
Son personajes mucho más vulgares y corrientes, algo que se adivina
como pretendido por el autor, que busca quizá más entretener o
hacernos reflexionar que empatar o sorprender. Aconsejo por tanto dar
una oportunidad a la historia que poco a poco va tomando forma y
ganando en interés, a pesar de un comienzo que se me antoja no
demasiado afortunado.
Así, a partir del momento en que el profesor de secundaria decide pasar a la acción la novela, es cierto que la trama va adquiriendo mayor ritmo e interés; entendemos también mucho mejor las motivaciones y razones de los personajes implicados en el enredo sugerido por Rengel, que sí comparte con su anterior título su vocación de juego o de propuesta lúdica que exige en todo momento la complicidad previa del lector.
Es
entonces cuando se produce cuestionamiento de la realidad que se
torna progresivamente más angustiosa para ambos. ¿Quién sueña a
quién? ¿Quién está viviendo en un mundo imaginario construido por
el otro? La novela nos ofrece escenarios en principio absolutamente
cotidianos pero que paulatinamente van adquiriendo rasgos de
pesadilla para los protagonistas de la historia; imágenes fabricadas
por el subconsciente como laberintos de sombras, poblados por
marionetas siniestras sin alma.
La
novela gana muchos enteros no como novela fantástica sino también
como propuesta filosófica en la que se nos interroga sobre la
irrealidad del mundo que nos ha tocado vivir; un mundo dominado por
los medios de comunicación que son los que presuntamente nos
conectan con la realidad; pero ¿Hasta qué punto, todas esas
noticias terribles que vomitan los informativos o los periódicos son
reales o falsas? ¿Vivimos una existencia autista y nos
retroalimentamos con nuestro propio autoengaño, creyendo que la
Realidad es lo que nos venden en la Tele o en las Redes Sociales?
En
ese sentido, la novela va ganando en profundidad y se hace mucho más
reflexiva, desvelando algunas incógnitas pero originando nuevas
preguntas; la narración se torna más filosófica pero también
mucho más interesante y claustrofobica.
De
alguna forma, la experiencia que André y Xavi comparten les
transforma la vida, hasta el punto en que se produce una
contaminación de personalidades que los convierte en un sólo hombre
nuevo y diferente; un sujeto, mezcla de los dos que sobrevive en un
escenario en perpetua transformación y que surge de la conjunción
de un sueño común.
JOSEPH
B MACGREGOR
Hola Joseph!
ResponderEliminarYo también disfrute mucho con "El asesino hipocondríaco" :) y me gustan mucho los relatos del libro "88 Mill Lane". Tengo ganas de leer "El sueño del otro"; aunque te haya costado entrar en la historia, parece, por todo lo que cuentas, bastante interesante.
Un saludo,
Patricia
El sueño del otro me pareció malísima. Soberanamente aburrida, de difícil enganche. Me da rabia haber perdido un día de mis vacaciones leyendo esto. Por algo lo tenía al libro lleno de polvo, marcado en el capitulo 11, sin terminar de leer desde el 2011. No lo recomiendo para quienes deseen una lectura atrapante.
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