La reina de la costa negra y otros relatos de Conan
OPINIÓN
DE JOSEPH B MACGREGOR
Cátedra
continúa
con su encomiable labor de recuperación de autores de género en su
colección Letras
Populares,
publicados en una cuidada edición. En esta ocasión le toca el turno
al narrador norteamericano Robert
E. Howard,
creador entre otros del célebre Conan. En “La
reina de la costa negra y otros relatos de Conan” se
reúnen por primera vez, y a partir de las publicaciones originales
de Howard en «Weird
Tales»,
cinco aventuras de Conan, consideradas como clásicas e por los
aficionados al género y los fans del personaje. Estas son: “El
Fénix de la Espada”, “La Torre del Elefante”, “La Reina de
la Costa Negra”, “Más allá del Río Negro” y “Clavos
Rojos”.
Pero
hablemos un poco del autor; una personalidad tan peculiar como
inquietante, repleta de luces y sombras, turbulenta y atormentada. En
una carta a H.P.
Lovecraft,
autor de «En
las montañas de la locura»,
Robert E.
Howard se
autodefinió de la siguiente manera: “No
soy erudito ni sofisticado. Prefiero el jazz a la música clásica,
el musical cómico a la tragedia griega, un Conan Doyle a un Balzac,
los versos de Bob Service a la escritura de Santayana, un buen
combate a una obra de arte”.
Fue también Lovecraft
quien le
puso a Howard el apelativo de Bob
Two-Gun (dos
pistolas Bob). La ingente pero corta carrera de Howard
como
narrador está íntimamente relacionada con «pulp», y especialmente
a una publicación señera del género como fue «Weird
Tales»;
allí aparecieron por primeras vez personajes tan increíbles,
potentes e inolvidables como Solomon
Kane, Kull, Bran Mak Morn o
Conan.
Pronto, algunos de ellos serían adaptados de inmediato al cómic por
los mejores dibujantes y guionistas. Con el tiempo su espectacular
influencia se fue ampliando a otros formatos como el cine, el juego
de rol, el videojuego o todo tipo de merchandising,
convirtiéndose, en el caso de Conan, durante más de ocho décadas
en todo un icono para muchos aficionados al género. Su magnífica
labor como narrador quedó truncada por un oscuro suicido, cuyas
causas o motivos todavía no están del todo claros. Se considera que
muchos de los relatos de Conan tienen mucho de autobiográfico y que
reflejan a la perfección la personalidad y el pensamiento de Howard
hasta el punto que el Cimerio adquiere carácter de
alter-ego
perfecto de su creador.
Aunque
la publicación de las aventuras de Conan en diversos formatos abarca
más de ochenta años, lo cierto es que Howard sólo escribió 21
historias (20 relatos y una novela, “The
Hour of the Dragon”),
de las cuáles sólo publicó 17 (incluida la novela) en «Weird
Tales».
Aunque
la mayor parte de los relatos incluidos en esta edición han
aparecido publicadas anteriormente por otras editoriales, es la
primera vez que estas historias aparecen sin añadidos ni
manipulaciones posteriores realizadas sin el consentimiento de Howard
por escritores de segunda fila, mostrando así a un Conan más
auténtico y más fiel al pensado e ideado por su creador. Uno de los
principales responsables de la imagen desvirtuada que se nos ha
ofrecido de Conan, fue el escritor de fantasía y ciencia-ficción,
que ejercía labores también de editor, Lyon
Sprague de Camp
(1907-2000), el cuál en la década de los 50 cambió y reestructuró
caprichosamente los relatos originales de Howard, volviendo a
escribir textos completos y completando párrafos inconclusos. Así
consiguió reeditar la mayor parte de los cuentos de Conan
acompañados de pastiches propios y de otros autores de segunda fila.
De igual modo, publicó las primeras recopilaciones de cuentos de
Howard
e inició una campaña de desprestigio crítico hacia la figura del
creador original de Conan, que perjudicó a Howard
enormemente; imagen negativa que fue potenciada por una biografía
del autor firmada por el propio De
Camp,
repleta de falsedades y erróneos juicios de valor.
Aunque
es cierto que la labor de Lyon
Sprague De
Camp como
difusor de Conan resultó esencial para la posterior transformación
de éste en el mito universal en el que se ha convertido en la
actualidad, no lo es menos que modificó en exceso el significado
original de la serie hasta extremos alarmantes. El Conan de Howard
era un guerrero inteligente, que habla varios idiomas, hábil
estratega, gran amante, hombre libre e independiente, quien incluso
con frecuencia se deja invadir por una poética melancolía; sin
embargo el reinventado por De
Camp es poco
más que un bruto sin cerebro, fascista y supersticioso. Muchas de
estos relatos adulterados han sido traducidos por otras editoriales
(Bruguera
y Timun Mas)
en colecciones presuntamente originales de Howard,
por lo que la publicación de “La
Reina de la Costa Negra y otros relatos de Conan”
resulta todo un acontecimiento ya que nos permite disfrutar por
primera vez de las aventuras del Cimerio tal y como las imaginó su
creador.
JOSEPH
B MACGREGOR
No hace mucho, Penguin Boooks recuperaba a Howard en su colección Modern Classics. ¡Quien lo hubiera dicho hace años cuando uno miraba fascinado las portadas del gran Frazzeta en la edicion de bolsillo de Bruguera !
ResponderEliminarNo hace mucho, Penguin Boooks recuperaba a Howard en su colección Modern Classics. ¡Quien lo hubiera dicho hace años cuando uno miraba fascinado las portadas del gran Frazzeta en la edicion de bolsillo de Bruguera !
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