EL CIEGO DE DELOS de Jorge Fernández Bustos



En el siglo VI antes de nuestra era, Pisístrato, tirano de Atenas, declaró que nadie podía nacer ni morir en la isla de Delos y, a la larga, tampoco habitar por considerarla sagrada, al haber visto en ella la primera luz Apolo y Artemisa. El ciego de Delos cuenta los avatares de los supuestos últimos pobladores de ese pequeño punto de tierra en el Egeo. En un mundo mítico, donde los dioses todavía ostentan el poder supremo, un artesano de la piedra, con ceguera adquirida, desde que partió su hijo a la guerra, espera con ansia su regreso antes de tener que abandonar definitivamente el lugar donde habita. (Argumento de contraportada: Uno Editorial).


OPINIÓN DE JOSEPH B MACGREGOR


"El ciego de Delos" se enfoca, en primer lugar, como una suerte de homenaje a la literatura de la Grecia Clásica, tanto en el ámbito de la épica homérica, como a la lírica griega arcaica; los dramas teatrales de Esquilo, Sofocles y Eurípides; las comedias de Aristófanes; los himnos homéricos; los tratados científicos o zoológicos de Aristóteles; las crónicas históricas de Heródoto, Jenofonte o Tucídides; y en fin, a las leyendas más célebres de la antigüedad clásica en las que mortales y dioses entraban en conflicto o protagonizaban apasionantes peripecias como la aventura de Jason y los Argonautas, Teseo y el Minotauro o el frustrado vuelo de Ícaro.

Para conseguir que este ejercicio de homenaje a la Grecia Clásica se presente ante el lector de manera convincente, sin pedantería,  el autor Jorge Fernández Bustos ha optado por narrar la historia utilizando el estilo, lenguaje, vocabulario, usos y maneras de estos autores clásicos, aspecto éste quizá más sorprendente de todos, ya que exige un esfuerzo por su parte tanto en el ámbito de la redacción del texto, como en el narrativo y, sobre todo, en el de documentación pero también para aquellos lectores acostumbrados a textos más ligeros o fáciles de asimilar.

 Aunque todo gira en torno al deseo del Ciego de Delos por que Eliacim, su hijo adoptivo, regrese a la isla, el argumento aparece salpicado de pequeñas historias que funcionan casi como cuentos breves, como es el caso, por ejemplo, de los capítulos dedicados a "El Gordo Baquílides" o "Glicera de Corinto". La mayoría de estos capítulos son contados por un único narrador, Escamandrónimo, el pescador, habitante fortuito de la isla, superviviente tras un naufragio junto a Teodotos, el apicultor , quien se expresa como Homero en "La Odisea" o como cualquier autor de la Grecia Clásica. Sin embargo, la narración es muy variada y aparecen otras alternativas: por ejemplo, inesperadamente se decide cambiar de género y la narración adopta la estructura de una obra teatral - en la que los Dioses discuten sobre la suerte de los mortales que protagonizan la historia - o ésta se interrumpe por curiosas e insólitas definiciones de animales que parecen extraídas de la "Historia de los animales" de Arístóteles. También resulta bastante chocante que se cite o se haga alusión a personajes literarios,escritores o sucesos históricos posteriores a los hechos narrados como Los Hermanos Kamarazov, Camilo José Cela, Nietzsche o la pasión y crucifixión de Cristo por citar tan solo algunos ejemplos de los muchos que aparecen citados a lo largo de la historia; referencias a personajes o hechos que los personajes o narradores afirman sucederán en el futuro y sin embargo conocen misteriosamente. La historia está repleta de curiosos e intencionados anacronismos.

 Fernández Bustos nos ofrece, gracias a esta ingente labor de elaboración e investigación previa, y a una estructura narrativa repleta de cambios y sorpresas, un trama, variada, sólida y veraz, tanto en lo que se refiere a escenarios o paisajes en donde se desarrollan la acción, como en la manera de expresarse y de pensar de los personajes, o en aquellos aspectos que tienen que ver con la vida cotidiana (ritos, oficios, costumbres) de estos. Este conjunto se traduce en una obra convincente, en la que enseguida conoces y te encariñas con los personajes, te interesas por  su suerte y peripecias, y que avanza de manera lenta y precisa pero segura.


JOSEPH B MACGREGOR

Reseña de "Septimiode Iliberís" para "Mundo Macgregoriano"

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