LO QUE SABÍA MAISIE de HENRY JAMES
OPINIÓN DE JOSEPH B MACGREGOR
Aunque para escribir Lo que
sabía Maisie, Henry James se inspiró en una anécdota real, al escritor no le interesaba reflejar la realidad ni deseaba crear una obra realista. Como en muchas otras
novelas, James optó por priorizar lo estético por lo real, aunque para ello
tuvo que sacrificar la verosimilitud de la trama y optar por personajes cuyas
relaciones obedecen a una lógica matemática, perfectamente estudiada por el
autor de “Otra vuelta de tuerca”, en la estos se entrecruzan, se entremezclan o
se unen siguiendo una dinámica cartesiana. Así sucede, en efecto, con los
personajes que pululan alrededor de la pequeña Maisie, eje central de la historia,
que se van emparejando entre ellos caprichosamente, impulsados no por una verosimilitud
acorde con la realidad británica del momento, sino que más bien James actúa
como una suerte de experto y hábil titiritero que juega a su antojo con su
colección de marionetas (como una especie de <<Master of Puppets>>). Esto no implica, que sus personajes no tengan calado
ni profundidad psicológica; por el contrario, son complejos, contradictorios y,
desde el punto de vista de James, corrompidos, egoístas, caprichosos e incluso promiscuos o moralmente reprobables.
De igual modo, la progresión
de la narración surge de la combinación de una serie de sumandos (o personajes),
que van componiendo una serie de sumas, en la que sus elementos se van
intercambiando, produciendo desastrosos resultados tanto para ellos mismos como
para la pequeña Maisie, que a lo largo de su infancia va padeciendo los
estragos de semejantes “experimentos sentimentales”. En ese sentido, algunos
críticos o expertos en la obra de James definen la novela como una obra profundamente moralista, mientras que
otros destacan sin embargo su carácter satírico con respecto a la sociedad
británica de finales de XIX, hacia su hipocresía y su doble sentido de la
moral; sus costumbres disolutas y conductas sórdidas; su corrupción y
degradación más que evidentes y de las que es víctima y testigo directo la niña.
Con todo, los personajes más
ricos e interesantes son sin duda alguna el de la propia Maisie – de hecho, la
novela está contada en casi su totalidad por un narrador equisciente (su punto de vista es el de un solo personaje de la historia, en esta caso Maisie), y la
señora Wix, su institutriz, mujer de personalidad rígida y austera, que es la
única que permanece al lado de la pequeña durante toda la novela, y su único
punto de apoyo en la serie de vaivenes emocionales y vitales a los que es
sometida la niña, por culpa de las caprichosas decisiones de las respectivas
parejas, que surgen a lo largo de la trama, con las que se ve obligada a
convivir.
Jugando de nuevo con lo verosímil,
James nos describe a una Maisie que nada tiene que ver con el modelo de niño
victoriano, puro e inocente (Oliver Twist, David Copperfield, Alicia) sino que,
al igual que sucedía con los dos hermanos de “Otra vuelta de tuerca”, se evidencia
una suerte de instinto perverso bastante inquietante en ella, no exento de sórdida
ambigüedad (una suerte de precedente de la "Lolita" de Nabokov), así como actitudes,
reflexiones o decisiones demasiado maduras, impropias en una niña de esa edad y de esa época.
Sin embargo, Maisie resulta tremendamente coherente con la lógica cartesiana que sirve
de base a la novela y funciona a la perfección como personaje y eje central alrededor del cuál gira toda la narración, consiguiendo uno de los mejores
personajes, más ricos y más interesantes, de su extensa obra literaria.
JOSEPH
B MACGREGOR
Gracias, Joseph.No conocía esta obra de James... Sólo he leído tres novelas breves de él y las tres me han fascinado.Apunto ya"Lo que sabía Maisie":quiero seguir leyéndole. Y el tratamiento de ese personaje-niña que apuntas en la estela de Lolita parece muy interesante.
ResponderEliminarUn abrazo,
Patricia
Anotadas quedan :-)
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