LA ESTELA DE UN RECUERDO de Almudena De Arteaga




OPINIÓN DE JOSEPH B MACGREGOR

De un tiempo a esta parte, uno de los debates políticos que más están presentes en redes sociales, tertulias políticas, columnas de opinión o en la calle es el que enfrenta a Monarquía y República como posibles opciones políticas en nuestro país. Hay quienes piensan que es conveniente sustituir el actual sistema democrático, en el cuál el Rey tiene un peso específico importante, por una República. Los que se oponen a semejante propuesta, no son sólo los Monárquicos sino también aquellos que creen que un modelo republicano sería desastroso e inviable y evocan para ello los anteriores gobiernos republicanos que, en su opinión, resultaron desde su punto de vista un fracaso absoluto y nos llevaron a la Guerra Civil. Por otro lado, la perdida gradual de prestigio a nivel popular de la Monarquía y concretamente de la figura de Juan Carlos I, ha agravado quizá la premura por parte de algunos sectores políticos por instaurar la República en España, aunque de momento el gobierno del PP no parezca estar demasiado por la labor. Por otro lado, la abdicación del anterior monarca en su hijo Felipe VI parecen haber calmado un poco las aguas en ese sentido, pero no hasta el punto de eliminar por completo el bullente resurgir republicano.

Tomando partido por la opción Monárquica, Almudena de Arteaga nos narra en su novela La Estela del Recuerdo, los avatares de su propios antepasados, Grandes de España, desde los años en los que Alfonso XIII abandona España y se instaura la República hasta el comienzo de la Guerra  Civil, tomando siempre el punto de vista de una familia, radicalmente Monárquica, punto de vista que no pierde en ningún momento y que aporta verosimilitud y solidez a la narración, siempre amena, ágil e interesante. Para conseguir una mayor cercanía con el lector, De Arteaga aporta un mayor protagonismo a una de las hijas de la familia, María, en cuyas memorias y cartas se basa la narración. A pesar de sus ideas tradicionales y conservadoras, se nos describe como una chica de gran personalidad, voluntariosa y dispuesta a implicarse  en el conflicto que sea, con tal de proteger o salvar a los suyos. 

De igual modo, no nos encontramos con una crónica histórica objetiva, en la que se da voz a todas las opciones o ideas, sino bastante subjetiva y narrada siempre desde una única perspectiva. No obstante, resulta muy interesante ya que nos permite conocer las ideas, opiniones, actitudes, actividades en contra del régimen democrático, de esta familia que continua fiel a sus convicciones desde el comienzo de la novela hasta el final. En ese sentido, Almudena de Arteaga actuaría como Visconti en El Gatopardo o Dickens en Historia de dos ciudades, es decir nos cuenta la historia de nuestro país durante un periodo especialmente conflictivo y revolucionario, pero desde el punto de vista de la aristocracia o de la nobleza. En ese sentido, no se aprecia en la autora un punto de vista crítico o satírico hacia los protagonistas de su historia, sino siempre se nos muestra con una mirada cómplice hacia ellos, describiéndoles en todo momento con simpatía y cariño; algo, por otra parte, lógico y normal ya que está hablando de personas que conoce muy bien y que pertenecen a su propio árbol genealógico. La que si sale bastante mal parada es la República que se nos muestra como un periodo caótico, en el que se queman iglesias, lleno de violencia, actos vandálicos, revueltas sociales, golpe de Estado frustrado (El del General Sanjurjo) y represión contra aquellos que no comulgan con las ideas del Régimen Político sean del signo que sean, tanto anarquistas como Monárquicos.

Sea como sea, La Estela de un recuerdo es una novela muy bien contada, narrada con ritmo, que no pierde nunca interés, fresca y entrañable, imbuida además de un patente romanticismo que resulta finalmente profundamente emotivo.

JOSEPH B MACGREGOR


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