LAS BALADAS DEL AJO de MO YAN



LAS BALADAS DEL AJO
 (T''ien-t ang suan t'ai chich ko) 
Mo Yan Editorial Kailas 
Colección Ficción 
Traducción de Carlos Ossés 
Primera edición: abril de 2008 
Género: Literatura Asiática / Narrativa
 ISBN: 978-84-89624-42-9 
489 Páginas 


 Argumento

 “Las baladas de Ajo” narra las graves consecuencias que tuvieron para los campesinos chinos, las reformas iniciadas por Deng Xiaoping a finales de 1978. El gobierno comunista anima a los campesinos del Condado Paraíso, una aldea rural anclada en la tradición y el inmovilismo, al cultivo intensivo del ajo en grandes extensiones de terreno. Los campesinos se ven obligados a recorrer enormes distancias con sus cosechas, a pagar altísimos impuestos y cultivar grandes cantidades de ajo que luego no pueden vender. Sucede que la producción ha superado cualquier tipo de expectativa, creando un grave excedente del producto que el gobierno no sabe cómo dar salida alguna ya que la oferta es mayor que la demanda. Las cosechas se echan a perder y la ruina afecta a la mayor parte de las familias de la aldea. Los aldeanos organizan revueltas de protesta que son reprimidas dura y cruelmente por los funcionarios políticos y algunos incluso llegan a ser encarcelados. Los protagonistas principales son Gao Yang y Gao Ma cultivadores de ajo sin conciencia de clase a los que sólo la pobreza y un amor fracasado conseguirán hacerlos salir de su inconformismo. Gao Ma se enamorará perdidamente de Crisantemo Dorado, pero un indisoluble contrato de matrimonio impide que el idilio lleve a buen puerto y la fuerza de su amor es la que le impulsará a salir de su letargo.  

Opinión de Joseph B. Macgregor

 Mo Yan (Shandong, China, 1955) es un apodo – su verdadero nombre es Guan Moye - que significa No hables /Silencio, irónico “homenaje” a los muchos años que el escritor pasó en silencio. "Cuando era pequeño, mis padres me aconsejaron que no hablara porque cualquier palabra que pudiera decir en mal momento o lugar podía hacer mucho daño, a ti y a tu familia", aclara. "Así que cuando empecé a escribir, no paré. Tenía dentro mucho que decir", precisa.

 En novelas anteriores, Mo Yan optó por hacer un poco de historia. Así en La familia (que fue llevada al cine en 1987 por Zhang Yimou con el título Sorgo Rojo), el autor ambientaba su narración en la China de los años 30, describiendo los nefastos efectos en el país de la guerra civil y de la invasión japonesa, sucesos que acontecieron casi simultáneamente. En Grandes pechos, amplias caderas (1996) en cambio eran las mujeres chinas de las zonas rurales las protagonistas de la saga familiar, realizando un recorrido cronológico a través de un largo periodo que comienza con la caída de la dinastía Ming (pasando por la invasión japonesa, la guerra civil, la instauración y desarrollo del régimen comunista…) hasta los años 90. 

 Sin embargo, aunque “Las baladas del ajo” sucede en un pasado mucho más reciente, aparecen de nuevo la mayor parte de los temas que son una constante en sus novelas: la violencia producida por el abuso de poder, la corrupción del funcionariado del gobierno, el enorme peso de la tradición y la familia en la sociedad china y el maltrato y la represión de las mujeres, básicamente en los entornos rurales. Se trata por tanto de una novelística marcadamente política porque a través de esta obra – y de las otras – podemos comprobar que en China hay corrupción, nulo respeto a los derechos humanos, no hay libertad de expresión y sí mucha censura, pero sobre todo es la China tradicional, la China profunda, tampoco parece estar demasiado dispuesta a dar paso a la modernidad. 

 “Las baladas del ajo” es una novela coral de una profunda belleza que sabe conjugar lirismo con épica. Narrada en un estilo claro y accesible pero rotundo y lleno de fuerza, nos regala momentos de sobrecogedora emoción, muy hermosos. 

 Pero lo que más me llama la atención de Mo Yan es esa capacidad tan envidiable que tiene para narrar manteniendo la distancia adecuada, tratando con el máximo respeto y cariño a sus personajes pero sin implicarse, con objetividad y sin caer en falsos maniqueísmos; narrando con sencillez pero diciendo verdades como puños; abordando asuntos que aunque puedan parecer localistas o que se refieren tan sólo a China pueden ser extrapolables a otros países o culturas, porque habla de sentimientos universales, fácilmente reconocibles tanto en España como en Burkina Faso. 

 Joseph B Macgregor

Reseña anteriormente publicada en ANIKA ENTRE LIBROS

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