NAPOLEÓN de Jean Tulard





Ficha de Planeta de Libros - Editorial Crítica


Opinión de Joseph B Macgregor 


 El título original de este ensayo histórico - Napoléon, ou le mythe du sauveur (Napoleón o el mito del salvador) - nos da una idea más exacta y concreta sobre la esencia del libro, que no es otro que explicar cómo consiguió Napoleón Bonaparte salvar la República que , tras la caída del Directorio, parecía estar en serio peligro de subsistencia. En ese sentido, Jean Tulard, se nos muestra como lo qué es: uno de los más importantes y mejores especialistas de la figura de Napoleón, algo que se evidencia en la escrupulosa exhaustividad del texto, en el cuál no deja ningún aspecto sin tratar, consiguiendo así un ensayo objetivo y que busca el consenso más adecuado cuando un suceso o acontecimiento es narrado de diferente manera según la fuente consultada. 

 De igual modo, apunta, cuando lo considera oportuno, el carácter apócrífico de alguno de ellos, intentando no caer en la fácil apología del personaje en cuestión. En ese sentido, desea mostrarnos una visión de Napoleón lo más exacta posible a la real, describiendo sus logros y cualidades pero también sus errores y fracasos, sus momentos lúcidos pero también los más oscuros o nebulosos. En pro de una mayor objetividad o por sí el lector desea profundizar más en el tema, al final de cada capítulo, ofrece los distintos "debates abiertos" que surgen en torno a los acontecimientos tratados y sobre sus protagonistas. En este apartado, aporta bibliografía abundante, demostrando así que Tulard lo ha leído prácticamente todo no sólo sobre Napoleón sino también sobre los personajes que le rodearon o sobre la época en cuestión. 

Nos ofrece además un amplio anexo al final del libro en el que incluye mapas, notas o bibliografía de cada capítulo. No se trata por tanto de una biografía al uso, sino más bien la narración de una serie de hechos y acontecimientos relacionados con la figura de Napoleón como gran salvador de la República Francesa, tanto los anteriores al golpe de estado como los posteriores. De los primeros, lo más destacados tienen que ver con el orgullo corso que siempre manifestó Napoleón, apoyando al Nacionalista Paoli en su lucha por conseguir la independencia de Córcega y con sus primeros logros militares en Europa más el fracaso relativo de la Campaña en Egipto; sucesos que fueron engrandeciendo su figura ante la opinión pública. Pero no sólo Napoleón se convirtió para los franceses en una suerte de héroe nacional por su habilidad como estratega o por sus triunfos militares sino también porque Bonaparte supo utilizar a la prensa como recurso fundamental para hacerse propaganda y fortalecer así su leyenda que, como el propio Tulard indica en varias ocasiones, está repleta de anécdotas falsas, exageradas o claramente apócrificas. 

 El autor nos muestra a Bonaparte como un hombre astuto y ladino, capaz de aprovechar bien las oportunidades que se le van brindando en su propio beneficio, manipulador y estratega, inteligente pero también triste y torturado. De igual modo, escribía no sólo textos políticos o panfletos sino también pequeños relatos románticos o poemas. También le gustaba leer, aunque desconocía la obra de los principales pensadores ilustrado, excepto la de Rousseau, el cuál se convirtió en su autor de cabecera y al que consideró durante mucho tiempo como su punto de referencia.

 En cuanto al texto en cuestión, encuentro que el lector debe tener unos conocimientos previos del tema - sobre la Revolución Francesa, principalmente - ya que a veces es difícil no perderse ante tal caudal de información y de nombres. Tulard narra de manera ágil pero a veces tiende a la descripción de hechos casi telegráfica, considerando quizá que el lector posee los suficientes conocimientos sobre el tema para no detenerse o profundizar más en el suceso en cuestión. Así, por un lado elude la narración farragosa o excesivamente densa, ofreciendo a cambio agilidad y concreción, pero por otro lado se olvida del lector no iniciado que quiere empezar a profundizar en la figura de Napoleón o en la historia de la Francia Revolucionaria. No obstante, el ensayo en líneas generales se lee bien. Exige una lectura lenta, reposada y atenta. Nos descubre además aspectos insólitos del personaje así como del periodo histórico en el cuál se desarrolla la acción, demostrando una vez más que en toda revolución popular quién sale perdiendo precisamente es el pueblo y los más beneficiados son siempre los especuladores o los que manejan el capital; de alguna manera, sean reyes o nobles, grandes propietarios o burgueses el poder siempre lo han detentado los mismos. 

 JOSEPH B MACGREGOR

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