EL ASESINO HIPOCONDRÍACO


FICHA DE "ME GUSTA LEER"

OPINIÓN DE JOSEPH B MACGREGOR

El Asesino Hipocondríaco me ha parecido una novela sorprendente e insólita, divertida y a la vez interesante, muy entretenida y en muchos momentos apasionante. Desde mi punto de vista, Muñoz Rengel consigue una historia que rebosa originalidad y buen hacer,  protagonizada por un peculiar asesino a sueldo - mezcla de Willie el Coyote y un personaje de Franz Kafka -  que captó enseguida mi interés y con quien empaticé desde las primeras páginas. 

Narrada en primera persona por éste, El Asesino (El señor Y.) nos cuenta sus infructuosas  tentativas de asesinar señor Blaisten, que siempre se saldan con el fracaso debido a las múltiples, extrañas y extravagantes enfermedades que éste asegura padecer; en ese sentido, sus intentos homicidas me parecen descritos con una eficaz mezcla de ternura, humor y patetismo. El recurso de la primera persona me parece muy adecuado y para nada gratuito. Al principio de la narración éste nos hace creer que efectivamente sufre esas enfermedades tan raras; sin embargo, llega un momento, en que parece increíble que padezca tantos síndromes extraordinarios o repugnantes malformaciones como efecto de dichas dolencias y que nadie se aterrorice al verlo caminar por la calle, por lo que todo hace suponer que éstas son producto de su imaginación o simples exageraciones. Por eso, el adjetivo Hipocondríaco me parece justo y exacto para calificarlo: un sujeto que hace del "estar enfermo" un modo de vida para superar su angustia existencial. Por eso, considero esencial que la trama se cuente desde el punto de vista del señor Y.

Pero lo más curioso del caso es que cada una de las enfermedades que dice padecer son las mismas que en su día sufrieron grandes escritores o pensadores como Lord Byron, Poe, Proust, Voltaire o Descartes; e incluso de Freaks míticos como el célebre John Merrick, El Hombre Elefante. Se alternan así capítulos que narran las peripecias del protagonista con otros que cuentan, a modo de breve ensayo, la relación de las distintas personalidades con la enfermedad o con la hipocondría ya que tampoco queda claro sí realmente estuvieron en realidad tan enfermos como aseguraban o aquellas dolencias nacían por su naturaleza genial, por su intensa sensibilidad o por su extraordinaria imaginación.

En los últimos capítulos, la historia da un pequeño giro y se nos ofrece una breve trama policíaca de fácil resolución pero que ponen en contacto a víctima y homicida; nos demuestra además hasta que punto el señor Y. vive en un mundo de fantasía como única puerta de salida para superar los miedos y ansiedades que le provocan el desempeño de su oficio. 

Por lo tanto, una novela más que recomendable que se lee de un tirón pero que no se me antoja como un simple pasatiempo sino que me parece profunda y muy inteligente.

JOSEPH B MACGREGOR

Comentarios

  1. Qué reseña tan genial :DDD

    En El Mar de Tinta otro redactor leyó y reseñó esta novela y su opinión es parecida. Por lo que pude leer, le gustó muchísimo :)

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